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International Journal of Collaborative-Dialogic Practices

relationships and conversations that make a difference

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Reunidas en La Habitación[i]

Elena Fernández, Vane Manassero, Carmen Manzano,
Ale Proaño, Conchita Quiróz, Nora Rentería and Ana Lourdes Reyes
Mexico City, Mexico

En el grupo de Escritura y narrativa desde una postura colaborativa, hemos decidido leer ficción y abrir una conversación sobre una obra, por lo menos una vez al semestre. El último libro que leímos fue Room de la escritora canadiense Emma Donoghue; estas son las reflexiones de algunas participantes del curso:

El adentro y el afuera en Room… El mundo narrativo de Emma Donoghue implica entrar en un cuarto con candado; no hay salida en este texto que atrapa de inicio a fin. Pero la habitación, para el narrador de Room es el mundo entero. Jack es un niño de 5 años del cual nos sorprenderá saber que su madre lo pone a dormir en un armario cada noche antes de que llegue el viejo Nick. Esta relación simbiótica generada para la supervivencia, Jack es amamantado hasta los 5 años, tendrá que cambiar en el afuera. Y sin embargo, descubriremos que la narración es un cuarto asfixiante también en “el afuera”.

En la novela de Donoghue se superponen constantemente los dos contextos donde se relata la relación madre – hijo. El adentro es el lugar donde el hijo crece con su madre, logrando generar una relación tan estrecha como los límites del pequeño espacio en donde viven. Y el afuera es una suerte de “nuevo cuarto”, un mundo externo en donde la relación madre – hijo es cuestionada por extraños, y en donde la familia se expone a la necesidad de realizar un cambio radical. Aconsejada por su abogado, y como estrategia para costear la educación de su hijo, Ma acepta exponerse en televisión. La voracidad de la reportera que realiza la entrevista genera una crisis que mantendrá la tensión del lector hasta el final.

Hay un pasadizo entre ambos espacios que se despliega a lo largo de la novela, un estrecho corredor en donde se juega la vida de ambos personajes principales. Las negociaciones entre el adentro y el afuera que implican los cuidados maternos, médicos, familiares y comunicacionales llevados a cabo en cualquier relación madre – hijo, se llevan al límite en Room ya que escuchar la conversación de varios actores, pero siempre en la voz del niño, brinda al lector un espacio de reflexión único.

Ale Proaño

Pareciera una historia de terror, unos cuantos metros, una sensación de asfixia, ¿cómo proseguir? ¿Será posible vivir así? La lectura me remonta al pasado y recuerdo que conocí niñas que vivían en espacios tan pequeños como el de Room y ahí dormían, comían, hacían su tarea. Ellas dentro y yo fuera, jugábamos al correo a intercambiar mensajes por debajo de la puerta, nuestra comunicación se daba balbuceando palabras incomprensibles, pretendiendo usar otro idioma, para explicarnos la distancia que nos separaba. El juego era habitar dos mundos distintos, el no poder estar juntas se debía a que vivíamos en territorios extranjeros y lejanos.

El libro hace patente que con algunos objetos y mucha imaginación uno puede recrear universos, medio jugando, medio en serio. Todos hemos tejido aventuras, construido castillos con cajas, aeroplanos con sillas, coches con aceleradores y frenos de trozos de madera, que atraviesan veloces la ciudad para llegar al lugar anhelado. Poco a poco, salimos de la estrechez de la habitación para darnos cuenta de que el mundo es complejo y a la vez simple, en diferentes momentos necesitamos dar sentido a nuestras experiencias incluso para sobrevivir.

Nora Rentería

En esta novela, Ma le dibuja una realidad a su hijo Jack. La habitación existe, lo que proyecta la televisión es fantasía. Construye un mundo en el que Jack pueda vivir, en donde no ambicione lo inaccesible y así no lo entristezca la carencia. Ellos son la vida, no permite que Jack se apague consumiendo televisión. Jack se asombra con elementos que aparecen en su habitación, una araña se convierte en su amiga. Le sorprenden las imágenes en televisión que toman forma y cobran vida en su mundo. Para Jack, la relación no se limita a lo animado, los objetos son un otro con el cual relacionarse, toman personalidad, espacio en su vida y les guarda afecto.

No solo Ma le da forma a la vida de Jack sino que Jack da sentido y motivo a la vida de Ma.  Ella deja de ser una víctima para ser la responsable no solo de la supervivencia sino de proveer calidad de vida para su hijo.  Ella vive para que Jack exista, no solo físicamente al cuidarlo sino al darle estimulación, lenguaje. Es por esto que solo en pocas ocasiones se abandona al dolor y aunque ella se encuentra secuestrada, Jack no lo está.

Los personajes nos invitan a reflexionar sobre lo que valoramos en nuestra vida, sobre los significados que ponemos a las cosas, sobre nuestros prejuicios y lo que damos por sentado, ¿De qué otras formas se puede construir el mundo? ¿A quiénes invitamos a nuestra vida? ¿Qué conceptos tomamos por reales que nos convendría reevaluar? ¿Cuáles nos limitan?

Vane Manassero

No me fue fácil leer esta novela, en parte porque me invitó a reflexionar sobre la cantidad de personas que viven situaciones tan trágicas. Para mi esta obra implica el ahínco con el que lucha un ser humano cuando tiene alguien o algo porque vivir, no importa si es un ideal o es otra persona. Me quedo con la estructura que la madre le da a la vida de su hijo, en circunstancias sumamente complicadas.  No solo le enseña a caminar y a hablar, sino a darle sentido a su vida. De haber perdido un hijo, es todavía más importante pare la madre que Jack sobreviva. Cuando los personajes salen a ese otro mundo y Jack tiene que lidiar escaleras y gente extraña, se enfrenta a una nueva realidad; una muy dura. Del idilio a la realidad, la realidad a veces es como desencanto. Como terapeutas o como lectores cuando acompañamos a otro en su proceso, los que ganamos más somos nosotros.

Conchita Quiróz

En una morada miniatura se crea un mundo. Con objetos humildes, fantasía y considerable amor, Ma construye con Jack, su pequeño hijo -a quien le faltan todas las oportunidades- un ambiente de refugio que les permite sobrevivir un minúsculo campo de concentración contemporáneo.

Las narraciones, con las que se edifica ese universo, van de lo sublime a lo pedestre. Ma y Jack, acompañados por Dora la exploradora, recitan poemas; recordados unos, inventados otros, o historias de antaño como Hansel y Gretel, o más recientes como la tragedia de Lady Di. Los lectores observamos cómo, con una dosis de reducido ejercicio físico, insuficiente comida y mucho apego, Ma y Jack rehacen, renuevan, y reparan aquello que es familiar a nosotros y conquistan la posibilidad de sobrevivir e incluso de tornarse en personajes elásticos que reconocen el poder del lenguaje y de las narraciones.

Lo colaborativo se subraya en esta novela como una invitación a ser y a hacer en la peor de las circunstancias y por ello nos exhorta a albergar posibilidades en nuestras vidas…

Elena Fernández

Si Emma Donoghue supiera que logró transportarme al interior de Room ¿Que diría? Primero no entendí que estaba pasando, pero pronto descubrí que la angustia que estaba sintiendo era la de Ma. Sentí una profunda admiración por esa gran mujer. Nadie le enseñó a ser Ma pero se convirtió en la mejor madre.

Fue maravilloso poder ver a través de los ojos de un niño; me estremeció haber visto como los pocos objetos que conformaban su mundo tenían vida. Una silla, una mesa, eran LA silla, LA mesa. Objetos inanimados adquirieron vida, se las dieron Jack y Ma; “lo obvio” no existe, por eso hay que preguntar, no suponer y menos juzgar.

Carmen Manzano

¿Cuál sería un adjetivo adecuado para calificar esta novela? No lo encuentro en mi vocabulario. ¿Atrapante? Seguro que sí. ¿Me costará trabajo expresarme por estar narrado desde la voz de un niño?

Me fascina la espléndida narrativa de objetos cotidianos. A falta de personas, el niño conversa con las pocas cosas que lo rodean. ¿Con quién converso yo? Me aterra pensar que lo pudiera hacer con cosas. No. Converso conmigo, con otros y con los personajes de los libros.

Me pregunto de qué componentes tiene más ¿De ficción o de realidad? Sé con tristeza que es más realidad.

¿Será que en mi mente también me encuentro en un Room con un Nick que es mi auto censor? Tampoco me permite salir, vivir y conocer. Muchas veces me amenaza, me descalifica, me critica ferozmente, me castiga. ¿Será que quiero ser valiente y atreverme a escapar? ¿Será que me aterra el mundo que no conozco y temo que me dañe? ¿Será que me siento más cómoda en mi propio Room?

Como Jack, me voy aventurando a conocer más de los otros, descubrir las diferencias y reverenciarlas, pero cuesta trabajo, tiendo a creer que todos sentimos igual y eso me empobrece y me hace presa fácil. De lo que hay en mi Room se mucho y muy poco del exterior, porque es enorme, infinito. Me sorprende entender que tengo muchos años y conozco apenas algo, que voy a morir, si acaso, con la conciencia de mi ignorancia. Espero vivir y morir sin miedos a mi Nick, al menos cada vez con menos miedos. Voy aprendiendo a confiar, en mí, en otros, en la vida.

Me gustaría poder decir que me parezco a la mamá de Jack, pero no puedo; no quiero tener que ser tan valiente. Me da miedo pensar en el sufrimiento. De alguna forma soy Jack, soy Nick, soy la mamá, soy la que juzga al diferente y el que huye por no querer tocar el dolor.

Eso me pasa con Room, por eso le huyo, me lleva a lugares dolorosos. Afortunadamente como en La Caja de Pandora, después de salir todos los males de la humanidad queda la esperanza.

Ana Lourdes Reyes

Endnote

[1] Donoghue, E. (2010). Habitación. (E.V. Nacarino, Trans.). Doral, FL: Little, Brown and Company.

Author Note

Elena Fernandez,
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico

Vane Manassero,
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico

Carmen Manzano,
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico Ale Proaño,
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico

Conchita Quiróz,
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico

Nora Renteria,
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico

Ana Lourdes Reyes
Grupo Campos Eliseos, Mexico City, Mexico

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  • ISSN 1941-1987

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